Las instalaciones deportivas son centros en los que se propagan rápidamente las enfermedades, es por ello, que el control sanitario en estos lugares debe ser una prioridad. Es un deber de los gestores de los recintos deportivos mantener la limpieza adecuada en los mismos, a fin de poder controlar el riesgo de contagio microbiano.
No es suficiente insistir en el correcto lavado de las manos, sino también en la manera apropiada de secarlas. Secarse bien las manos significa haber cumplido con una buena higienización de estas, lo cual minimiza la posibilidad de transmisión de hongos y bacterias. Lo que confirma que llegó la ¡Hora de tirar la toalla!